Para
Dewey la escuela es ante todo una institución social en la que puede
desarrollarse una vida comunitaria que constituye el soporte de la educación.
Para este autor es importante el intercambio de experiencias mediante la comunicación
entre individuos.
Si
bien es cierta esta afirmación, debemos considerar que al estudiante le influye
todo lo que pasa en su vida dentro y fuera de la escuela por ello el currículo
debe estar orientado a propiciar que los aprendizajes sean útiles para el
desarrollo no solo intelectual, sino social y productivo del individuo, y
adecuarse a las necesidades e intereses para fomentar en ellos el
desarrollo de la inteligencia y
habilidades para participar dentro de la sociedad en la que se desenvuelve. Debe convertirse la educación en un proceso
de enseñanza basado en experiencias, satisfaciendo expectativas y reforzando
seguridad en el alumno para integrarse a una vida productiva.
“Aprender
haciendo” es un buen lema, sin embargo la escuela tradicional coloca muchas
barreras para lograrlo, desgraciadamente la vinculación escuela-vida social
están un tanto desligadas.
El
uso del método científico como técnica de aprendizaje debería ser apropiado
para lograr en el estudiante un proceso diferente al que conoce, observar lo
que sucede a su alrededor, hacer que cuestione dichas observaciones y que
utilice la indagación para intentar buscar respuestas, es aquí donde daría paso
a la experimentación, la base de todo aprendizaje, para llegar a una conclusión
para la comprensión critica en sus aplicaciones sociales y cotidianas.
De
poco sirve conocer la teoría si no se cuenta con la práctica, la única
educación de calidad es la que enseña a hace y no solo a saber.
Analizando
el “estudio de ocho años” de Dewey en el que comparan la escuela tradicional
con la escuela experimental, se encontraron pequeñas diferencias del desempeño
académico entre ellos, la verdadera diferencia radico en que los alumnos de la
escuela deweyniana sus avances en el área de desarrollo personal, en
pensamiento, toma de iniciativas, respecto a su propia vida y en ajuste social
eran más significativos al respecto de los demás.
Pero
¿qué sucede entonces dentro de las aulas? Para un profesor es muy difícil
cambiar su manera de enseñar, tiende a reproducir lo que ve y lo que hace,
cayendo así en un estado de aburrimiento y desgane y se traslada directamente
al alumno provocando en este, insatisfacciones.
Seguimos
aprendiendo de manera inconsciente incluso, hay cosas que hacemos sin saber
hacerlas adecuadamente hasta que lo hacemos en varias ocasiones para por fin
tener éxito, de esta manera se siente cierta satisfacción y esto se convierte
en nuestro estado de ánimo.
Esto
hace pensar que el desarrollo de habilidades cognitivas, sociales, culturales,
comunicativas, pero sobre todo vivenciales, hacen de una persona un ser seguro
de sí mismo, un ser propositivo y adaptable, lleno de habilidades y destrezas
listas para ayudar, en sí, un ser libre.
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